En febrero del 2016 pasé dos semanas en Meiringen esquiando con mi hija de 14 años. Teníamos una habitación en un B&B y yo todavía era una esquiadora mediocre. Cada tarde al volver de las pistas agotadas de cansancio, nos metíamos en la cama y yo dormía hasta que me despertaba la risa de mi hija, que miraba los videos de „El Rubius“. A los pocos días veíamos los videos juntas, abrazadas en la cama mientras afuera caía la nieve. Fueron momentos mágicos e íntimos y los recuerdo entre los más felices de mi vida.
el sueño de la razón produce monstruos. „el rubius“: una víctima más del acoso fiscal de la agencia tributaria weiterlesen